Por Juan Cruz Butvilofsky

(De ANÁLISIS)

¿Es normal que a un año del crimen de Gabriel Gusmán no se haya tomado la declaración indagatoria a los dos policías imputados en la causa? Este es el interrogante clave respecto a la Investigación Penal Preparatoria (IPP) que llevan adelante los fiscales Juan Francisco Ramírez Montrull y Gonzalo Badano. En el medio hubo demoras justificadas generadas por las pericias pero a esta altura de la investigación ya no hay excusas para dilatar más la situación. Los abogados de la familia de Gusmán, José Iparraguirre y Lucía Tejera, exigen definiciones por parte de los representantes del Ministerio Público Fiscal (MPF). 

En el barrio Capibá habían ocurrido hechos de violencia previos a aquel martes 25 de septiembre. Durante el fin de semana anterior, hubo un enfrentamiento entre los que viven en la parte alta del barrio -más cerca de avenida Zanni- y los que vivían en la zona baja del Capibá. En el medio, el potrero enclavado en la plaza Néstor Kirchner que separa al barrio. Este hecho previo es el que debió alertar a la Policía de Entre Ríos para que actúe de manera preventiva, pero con el correr de los días la situación terminó siendo más grave. No son pocos los vecinos que aseguran que "los de arriba" tienen la banca del comisario de la zona. 

Ese martes, una vez más se estaban caldeando los ánimos entre los de uno y otro bando. Gabriel Gusmán y otras personas -según lo que surge de uno de los últimos testimonios que constan en la causa- estaban atravesando el potrero para ir a responder las agresiones de los que viven más cerca de Zanni. En ese momento se dio la intervención del móvil 1021, en el cual estaban los policias Diego Íbalo y Rodrigo Molina tras un llamado de una vecina de la parte alta del barrio que alertó al 911 de lo que estaba pasando ¿Era necesaria tal advertencia o debió haber estado la Policía monitoreando la zona tras los hechos del fin de semana anterior?

Cuando Gusmán y quienes lo acompañaban vieron el móvil policial desde la calle 933, decidieron dar vuelta para retornar a la zona baja del barrio. La camioneta de los policías entró a la plaza Néstor Kirchner y comenzó a perseguir a los jóvenes que comenzaron a huír de la embestida policial. Si bien hay testimonios que aseguraron que Gusmán efectuó disparos para con el móvil policial, esto no pudo ser determinado por las pericias que se realizaron en el lugar. De hecho, el móvil no presentó ningún disparo que compruebe la peligrosidad para con los policías que realizaban la persecusión. 

Gusmán pasa por al lado del arco de fútbol para luego cruzar la calle 941 para ingresar en un valdío. En simultáneo, el móvil debe frenar en la zona del arco de fútbol -porque había una zanja- y tanto Íbalo como Molina deciden bajar del vehículo. Los policías se separan y dieron la voz de alto. Allí, según la prueba a la que accedió en su momento ANÁLISIS y Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral) Gusmán acata la voz de mando de los policías y frena su carrera en el medio del valdío. Uno de los funcionarios policiales -aún no se pudo determinar con certeza cuál de los dos fue- toma posición de tiro tras un poste y dispara a Gusmán por la espalda, con una bala que ingresa por la nuca y sale levemente por encima de una de las cejas de Gusmán. 

A un año de aquello y con pericias que generaron ciertas sospechas desde un inicio, si bien los fiscales imputaron formalmente a los policías -asignaron al abogado policía Daniel Rosatelli como abogado defensor- aún no le han tomado declaración indagatoria. Para los querellantes, la actitud del MPF es una "decisión política" que no se justifica desde lo procesal.

En el caso de que los fiscales mantengan su postura, los abogados de la familia Gusmán acudirán a la jueza de Garantías Marina Barbagelata para que las partes expongan de modo público los argumentos y allí, Iparraguirre y Tejera solicitarán la correspondiente declaración indagatoria de los dos policías imputados. 

Un dato: el sumario dentro de la Policía está sujeto a que avance la causa judicial. Mientras tanto los funcionarios policiales no han sido separados de la fuerza y los familiares de su víctima aseguran que los han visto cumpliendo funciones en la calle. 

La familia de Gabriel Gusmán se movilizó a Tribunales a un año del asesinato de su hijo, exigiendo Justicia -pidieron una audiencia con el procurador General Jorge García- y reclamando por el cese al gatillo fácil.