Claudio Cañete
Un informe elaborado por la ONG Responde da cuenta de que 30 localidades de la provincia de Entre Ríos están en peligro de desaparecer a raíz del notable descenso en el número de habitantes. El informe está basado en datos del INDEC y los resultados demográficos comparados de los censos nacionales 1980, 1991 y 2001, y señala que se trata de una treintena de localidades con menos de 2.000 habitantes de los departamentos Paraná, Concordia, Diamante, Feliciano, Colón, Victoria, Gualeguaychú, Gualeguay, Ibicuy, Tala y Concepción del Uruguay, cuya población ha registrado un notable descenso en las dos últimas décadas, o cuyo crecimiento vegetativo se ha detenido abruptamente. Algunos factores son la soledad en la que han quedado tras la desaparición del ferrocarril, la falta de escuelas secundarias en las zonas y la desocupación. En 1999, ANALISIS había señalado en un informe esta tendencia preocupante y la nula participación del gobierno provincial para revertir la situación.
La semana pasada se conoció que 33 localidades entrerrianas están en peligro de desaparecer. Los factores principales de esta situación son el cierre de sus estaciones de ferrocarril ocurrido en la década del 90, la desaparición de sus principales actividades productivas y la falta de escuelas adecuadas a la necesidad demográfica. La información fue brindada por una organización no gubernamental (ONG) de Buenos Aires llamada Responde, que se basó en datos del INDEC y de censos nacionales. Vale aclarar que el objetivo de esta entidad es trabajar y elaborar estrategias para revertir la situación de este tipo de poblaciones -sobre todo rurales-, que en el país suman un total de 800.
Precisamente, con respecto a las localidades entrerrianas, desde esta sección ANALISIS publicó en 1999 un relevamiento de pueblos que ya estaba señalando esta tendencia. Se trataba fundamentalmente de lugares del centro y la costa del río Uruguay que tenían seriamente comprometido su futuro a raíz del cierre y destrucción de sus estaciones ferroviarias (el caso de Escriña y Gerchunoff), principal factor de comunicación, intercambio y producción con el medio. Por aquel entonces, la única acción del gobierno era servir de nexo entre la Nación y los municipios que querían convertir aquellas estaciones de ferrocarril en espacios activos. Muchos de ellos optaron por convertirlos en centros culturales, los menos eligieron el sitio para dependencias policiales, de bomberos, centros de salud o centros de jubilados. De cierta forma, el punto crítico tenía su contracara en estos proyectos, pero los datos actuales confirman una vez más que la situación se agravó ya que es notoria la ausencia de una política al respecto por parte del Estado provincial, una responsabilidad que por lo menos involucra las tres últimas gestiones gubernativas.
El informe de Responde da la siguiente nómina: Colonia Hocker, Pueblo Liebig, La Clarita (Colón); Clodomiro Ledesma, Colonia Ayuí (Concordia); Aldea San Francisco, Aldea Spatzenkutter, Aldea Salto, Camps (Diamante); Las Mulitas (Feliciano); Aldea Asunción, Estación Lazo (Gualeguay); Faustino M. Parera, Enrique Carbó, General Almada, Irazusta, Cuchilla Redonda (Gualeguaychú); Médanos (Ibicuy), Colonia Avigdor (La Paz); 20 de Septiembre, Don Cristóbal (Nogoyá); Pueblo Bellocq, Pueblo Brugo, Tezanos Pinto (Paraná); Gobernador Sola, Altamirano Sur, Gobernador Echagüe (Tala); Las Moscas, Líbaros, Villa San Marcial, Rocamora (Uruguay); Antelo, Molino Doll (Victoria).
El licenciado en Turismo Marcelo Salinas, integrante de la ONG con sede en Capital Federal, dice que son 800 las poblaciones rurales de la Argentina que padecen similares características. El profesional advirtió que de no desarrollarse políticas activas que promuevan el arraigo de las personas oriundas de esas localidades, el éxodo seguirá incrementándose en los próximos años, con sus consecuentes inconvenientes. “Lo que hemos experimentado en Entre Ríos es que se da una diáspora de algunos pobladores residentes en aldeas y villas cercanas a Paraná, y hacia Capital Federal y Rosario de aquellas personas que viven en el oeste y sur de la provincia”, dijo Salinas en declaraciones sobre el tema al programa Mañana del Plata (Radio Del Plata Paraná), que conduce Juan Carlos Bettanín en compañía del periodista Fabián Vivot. Recordó que en el año 2000 Entre Ríos fue el lugar escogido por la ONG Responde para iniciar sus actividades con un relevamiento de esta realidad y con un proyecto de innovación turística tendiente a revertir el continuo alejamiento de sus moradores. Fue la localidad de Irazusta, en el departamento Gualeguaychú, la primera en instrumentar una serie de acciones propuestas por Responder que tuvieron como fin promover un tipo de turismo alternativo y original que surtió muy buenos resultados. Sin embargo, desde esta institución también expresaron que hasta el momento no recibieron ninguna comunicación de las autoridades provinciales que exprese su interés por la labor que desarrollan. “A principios de 2000 mantuvimos algún contacto con el gobierno entrerriano, pero luego, la crisis social que se abatió sobre el país y esa provincia impidió que ese diálogo continuara o se materializara en algo concreto. De todas maneras, Responde siguió adelante con su iniciativa e Irazusta alcanzó difusión nacional cuando un grupo de cineastas realizaron un premiado documental en el que se reflejaron los cambios que vivió la población a partir del trabajo de sus habitantes gracias al apoyo de la ONG”, agregó Salinas.
De acuerdo al informe, los 33 poblados entrerrianos amenazados con extinguirse registran idéntica problemática: son todas localidades rurales; no tienen fuentes de trabajo, sobre todo para los más jóvenes; fueron levantadas sus vías férreas o carecen de caminos más o menos transitables; no poseen establecimientos educacionales de nivel secundario; los nacimientos son menores a los decesos y muy inferiores al número de los que deciden emigrar; casi todos sus habitantes lamentan tener que irse y se quejan por la ausencia de una política estatal que los contenga o aliente a permanecer en su terruño. Otra de las características de estos pueblos es la falta de oportunidades que tienen sus vecinos para desarrollar cualquier tipo de actividad social, desde las vocacionales, pasando por las deportivas, las artísticas o la simple recreación.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
