Antes, los domingos era día de fútbol, después esa tradición se perdió.
* Diego H. Fernández
(Especial para ANÁLISIS)
Los domingos en Argentina, a la 1 de la tarde, se escuchaban en la televisión los acordes de una canción que arrancaba: “Cada domingo renace la esperanza…” y así daba comienzo el mítico programa conducido por Silvio Soldán llamado Feliz Domingo para la Juventud, donde durante toda la tarde alumnos de diferentes escuelas competían en diferentes juegos por el tan anhelado premio: un viaje a la ciudad de Bariloche. Pero el día domingo además de ser el día del almuerzo familiar también era el día del fútbol.
Después de almorzar los hinchas iniciaban en todo el país la peregrinación al estadio para ver al club de sus amores, este solo jugaba los domingos entonces toda la semana se palpitaba lo que iba a ser un día de fiesta. Concluido el partido se regresaba a casa y con el mate yendo y viniendo se comentaba la alegría o la tristeza que daba el triunfo o la derrota hasta que se hacia la hora de la cena y ahí sí, a las 22, Fútbol de Primera con la conducción de Enrique Macaya Márquez silenciaba a todos para tenerlos hipnotizados frente a la pantalla viendo las mejores jugadas y los goles que la fecha había dejado.
Si bien este relato podría creerse que es el encabezado de un cuento del Negro Fontanarrosa por el contrario era la realidad en la que vivíamos. Hoy la fecha se dirime a lo largo de varios días y salvo los hinchas de los equipos denominados grandes, muy rara vez tu equipo juegue un domingo como antaño. Este fin de semana (que no es solamente fin de semana) comienza la Liga Profesional de Fútbol Argentina y como en el programa de Silvio Soldán se renueva la esperanza para todos, algunos pugnan por llevarse la gloria otros por clasificar a copas internacionales y también (con la vuelta de los descensos) habrá quienes diriman el premio de poder mantenerse en la élite de nuestro fútbol.
En el año de un nuevo Mundial, ese que se jugará después muchos años en una fecha diferente a la que estamos acostumbrados, donde cambiaremos la calefacción del invierno por el aire acondicionado del verano para disfrutar los partidos, el fútbol argentino está de vuelta con sus defectos y virtudes con su inmediatez e impaciencia irreversible, con la aparición constante de algún atrevido que dibuja en el campo lo mismo que se hacía en los potreros, ya cada vez más desaparecidos.
El modernismo no sabe de tradiciones y las pasa por arriba (si se cambian días feriados de fechas históricas para la patria Ud. dirá como va a ser excepción los cambios de fechas en el fútbol), después cada uno tendrá su opinión acerca de si el progreso en este sentido le ha hecho bien o mal a nuestro fútbol.
Brindemos por aquellos a los que solo nos interesa la pasión del juego y lo que pasa fecha a fecha dentro del campo, abracémonos a la ilusión de un gran torneo para el equipo que amamos y por un momento convirtámonos en Roberto Benigni en la película La Vida es Bella y creemos otra realidad en la que nuestro equipo no importa el día que juegue siempre lo hará un día domingo.
* Ex arquero profesional. Actual director técnico.