El uruguayense habló de su estado de salud, tras el choque con Jalaf en Rafaela.
El uruguayense Próspero Bonelli habló del accidente que protagonizó el pasado 8 de septiembre en el autódromo de Rafaela, por la 11ª fecha de la temporada y la primera de la Copa de Oro del Turismo Carretera. En aquella oportunidad, su auto se quedó sin frenos y a poco de largar impactó de lleno con el vehículo de Matías Jalaf.
“Fue un momento muy feo. Debe ser lo peor que hay en el automovilismo: llegar a una curva y quedarse sin frenos”, reconoció. “Pasa rápido. En 200 metros, a 200 y pico de kilómetros (por hora), son fracciones de segundo en las que tenés que decidir algo fuera de lo previsto y pasan estas cosas”, acotó.
Luego se refirió a su estado de salud, que le impidió competir en la última fecha, celebrada el último fin de semana en el autódromo Ciudad de Paraná. “Hoy estoy bien. Estoy contento porque no nos pasó nada ni a Matías (Jalaf) ni a mí. Y estoy triste por los autos, por cómo se rompieron, y lo que cuesta hoy correr”, confesó.
En diálogo con Campeones, Pope Bonelli aclaró que ya está haciendo kinesiología en esta etapa de recuperación: “Físicamente estoy bien, con un poco de dolor en la rodilla, pero eso pasa. Cuando se desinflame todo va a estar bien. Será una cuestión de una semana o 15 días más”.
Por otra parte el uruguayense, que acompañó a su hermano Nicolás desde boxes en la última carrera en el Club de Volantes Entrerrianos, contó que aún no definió cómo seguirá su temporada en el Turismo Carretera.
“No lo sé. Iremos viendo carrera tras carrera y la idea es que esta semana se lleven el auto la gente de Jackos y hagan un análisis de los pasos a seguir. Después iremos armándolo, más lento o más rápido, dependiendo del presupuesto y cómo vengamos”, concluyó en referencia a los talleres donde se construyen las estructuras de los autos del TC. Este jueves sería la primera inspección y en los próximos días se informará a la familia Bonelli cuáles son los puntos a trabajar en el Chevrolet.